Crónica de la vida real
"Hay que creer que mientras desarrollaba Paracuellos, y según esta serie avanzaba hacia su final (la realización de la segunda serie de este título fue obra de 1980/81, mientras que los libros tercero y cuarto son muy posteriores), Carlos Giménez se planteó el proyecto narrativo de una obra total, que integrase los recuerdos y vivencias de su vida hasta el momento presente en que dibujaba.
Es así como en 1977 inicia la realización de Barrio en la revista El Papus, que pese a ser una obra muy diferente de Paracuellos no solo en su temática sino también respecto a las fuentes de la memoria, incluso en cuanto a las expectativas del autor, que ahora contempla su trabajo en el conjunto de una obra global planteada básicamente desde su propia experiencia vital, enlaza en una suerte de continuo narrativo con su peripecia vital de niño de la guerra."
Antonio Martín
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(…) "Así, Paracuellos queda como una obra coral, en la que el protagonista es a la vez uno y muchos (no es involuntario ni casual que el personaje central de dicha serie tan pronto se llame Pablo o García-García o Giménez o Carlos, siendo todos simples alter egos del autor, que reúne en sí mismo las vivencias comunes de aquellos años), y las historias son fruto de la memoria colectiva de todos aquellos niños de Auxilio Social, memoria deformada por el paso del tiempo y la fugacidad de los recuerdos de infancia, hasta el punto de que el Carlos Giménez autor fuerza el dramatismo y la mediocridad, real, de las vivencias del Carlos Giménez niño hasta límites que en ocasiones rondan el terror.
Mientras que Barrio es en cambio una obra personalizada basada en la biografía del autor, una de las pocas y escasas historias biográficas que el cómic español ha dado, quedando como una obra fundamental en nuestra cultura, tanto por su reflejo de una España muy concreta, como por su condición de cómic autobiográfico y testimonial en un país al que han querido hacer olvidar su pasado y lo que aquí ocurrió..."
Antonio Martín
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